¡Tu carrito actualmente está vacío!
No todos tienen dónde poner una lámpara…
pero todos amamos las piezas que nos hacen sentir algo.
Así nació esta colección de cuadros embarrilados.
De las ganas de crear algo que se sienta cercano, que transforme un espacio, que acompañe.
Son piezas tejidas con fibras naturales de algodón y montadas en cajas de madera sólida de rosa morada.
Cada una es única, resultado de un proceso íntimo, pausado, llevado con atención.
Probando, corrigiendo, avanzando.
Fui avanzando a mi ritmo,
confiando en el proceso.
En que algo se estaba creando, aunque no lo entendiera del todo.
Y así fue tomando forma esta colección.
Porque no todos tienen un lugar para una lámpara,
pero una pieza hecha con intención
puede llenar cualquier espacio de calidez y emoción.
No tienen luz,pero sí alma.
Cada cuadro es un fragmento de calma.
Una forma de decir con textura, color y detalle
lo que muchas veces no sabemos poner en palabras.
¡Ya está disponible!